Sor María de Santo Domingo:
Sor María de Santo Domingo, también conocida como la Beata
de Piedrahíta o Beata del Barco, en justicia debería ser
llamada la Beata de Aldeanueva, pues en Aldeanueva
nació, en Aldeanueva fundó su
convento y en Aldeanueva murió. El
propio nombre del pueblo está influenciado por Sor María,
así se denomina Aldeanueva de las Monjas o Aldeanueva de Santa
Cruz, como homenaje al convento fundado por Sor María de Santo
Domingo.
Campesina visionaria, hija de devotos labriegos, desde temprana edad
mostró signos de piedad inusual, comenzando así una vida
de caridad y duras penitencias. Entre 1502 y 1504, ya adolescente, tomará
el hábito de terciaria dominica y el nombre de Sor María
de Santo Domingo, convirtiéndose, por tanto, en beata. Permaneció
durante un corto periodo de tiempo en el convento dominico de Piedrahita,
poco después se trasladó al beaterio de Santa Catalina
en Ávila, donde vive hasta que en 1507 lo abandona "por
discrepancias con las monjas o, según alegaron después
ella y sus defensores, por la persecución de la que era objeto",
después se trasladó al convento de Santo Tomás
de Ávila, siendo ya famosa por sus experiencias místicas.
Tenía una personalidad carismática y aseguró haber
tenido varias apariciones de la Virgen y del Salvador. Afirmó
que Cristo estaba con ella, que ella era Cristo, que ella era la novia
de Cristo, afirmaciones paralelas a las efectuadas por Santa Teresa.
Durante horas permanecía en éxtasis místicos, sin
moverse. Sus brazos y piernas, rígidamente extendidos, se fundían
en los brazos de la divinidad. Pese a no tener formación académica,
se la consideraba al mismo nivel que los más reputados teólogos
de la época; su luz sobrenatural compensaba su falta de formación.
En Ávila, el provincial de los dominicos, Diego Magdaleno, la
envió a Toledo en 1507 a inspeccionar las casas de la Orden y
a iniciar reformas ascéticas, medida que chocó por su
incorrección al historiador dominico Beltrán, en 1939.
A Fernando II de Aragón le llegaron noticias de sus hechos y
la llamó a su Corte en Burgos, donde la Beata permaneció
de 1507 a 1508, impresionando al Rey y a sus cortesanos. En la Corte
conoció también al Cardenal Cisneros. Por otro lado, la
Beata escandalizó y desconcertó a muchos de sus contemporáneos,
que la acusaron de propagar fraudes y de egolatría. Calificaron
sus éxtasis de conductas lascivas. Algunos teólogos, entre
ellos Tomás Cayetano, sospechaban que el diablo la inspiraba,
y no la divinidad. Cayetano, general de los dominicos, limitó
sus visitas a los frailes de su orden, quienes venían reclamando
reformas ascéticas en la orden y tenían a la Beata como
portavoz. El Duque de Alba, uno de cuyos palacios estaba en frente del
convento de los dominicos en Piedrahíta, se interesó por
el asunto. Se vertieron graves acusaciones acerca de la ortodoxia de
la Beata, que desembocaron en cuatro procesos, de 1508 a 1510.
La beata sor María de San Domingo recibía a mucha gente
en su celda, pero también salía. Frecuentaba los salones
del duque de Alba, en los que se interesó especialmente por el
ajedrez y las damas, porque el movimiento de las fichas le recordaban
el camino del hombre hacia Dios a través de la penitencia. Años
después de su visita a Fernando el Católico, le envía
un mensaje en que le profetiza que conquistará Jerusalén,
pero el rey muere unos días más tarde. A pesar de todo,
según Joseph Pérez, "sus arrebatos y sus revelaciones
son la admiración de todos: cuando comulga, ve a Jesús
en la hostia; se imagina a sí misma con un anillo al dedo, símbolo
de su matrimonio místico con Jesús. A veces su conducta
resulta desconcertante: muchas veces recibe por la noche, en su cama;
los visitantes se sientan sobre la cama o junto a ella; se habla de
bailes místicos; salen a la luz actitudes turbadoras: besos,
abrazos y caricias con los que acuden a visitarla durante sus éxtasis..."
Cuando es procesada por un tribunal eclesiástico el nuncio del
Papa y el cardenal Cisneros testimonian en su favor y es absuelta. Esta
conducta desconcertante hace que sea considerada por algunos investigadores
como alumbrada.
* Fuente: Wikipedia
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La expedición de Don Pedro
de Mendoza al Río de la Plata:
Apenas si han pasado unos pocos años de la conmemoración
del Quinto Centenario del descubrimiento del Nuevo Mundo, hecho que es
sin duda uno de los acontecimientosmás importantes de tdos los
tiempos. En él se resalta, como en ningún otro de la historia
de España, la expansión del cristianismo, el idioma castellano,
nuestra cultura y nuestras formas de vida.
La historia, injusta muchas veces, ha resaltado de esta gran aventura
los hombres más sobresalientes y, sin pretenderlo, ha marginado
y relegado al olvido a los participantes casi anónimos que también
han contribuido, la mayoría de las vecas con sus propias vidas,
a crear lo que hoy es la América española. Afortunadamente
nosotrs hemos podido rescatar de ese olvido injusto a dos hombres, hijos
de Aldeanueva, que en la primera mitad del siglo XVI, concretamente en
1535, marcharon a la conquista del Nuevo Mundo.
Pero debemos ya adelantar algo importante: La expedición en la
que participaron estos dos hijos de Aldeanueva tuvo como consecuencia
inmediata nada más y nada menos que la fundación de Buenos
Aires.
El 21 de Mayo de 1534 se concretaron las capitulaciones para el Río
de la Plata con Don Pedro de Mendoza. Se había preparado pues la
mayor expedición que hasta el presente hubiera surcado el Atlántico,
ya que contaba con 11 naves y un total de 1300 personas. La importancia
que la Corona Española concedía a esta expedición
de conquista es pues evidente. Existían dos razones fundamentales
para este interés: la primera era que los portugueses desde el
sur del Brasil se estaban infiltrando en la zona del Río de la
Plata, y la segunda, tan importante como la primera, era la idea, que
luego se confirmaría errónea, de la cercanía de lo
que se denominó "sierra de la plata" que no era otra
que lo que más tárde se llamó Alto Perú, es
decir, la región mas próspera junto a México, de
toda la conquista española. La flota capitaneada por Pedro de Mendoza
zarpó de Sevilla el día de San Bartolomé; es decir
el 24de Agosto de 1535, su destino el Río de la Plata; su primer
logro la fundación de Buenos Aires.
Pues bien, en esta excepcional aventura podemos confirmar la presencia
de dos hijos de Aldeanueva, son los hermanos Juan y Francisco
Sánchez. El catálogo de Pasajeros a Indias señala
la presencia de los mismos de esta manera: 1702 -Juan Sánchez y
Francisco Sánchez, hijos de Alonso Sánchez y Catalina Sánchez,
vecinos de Aldeanueva de las Monjas, al Río de la Plata. 27 de
Julio de 1535.
Ahora bien ¿podía haber algún error? Parece evidente
que en Aldeanueva de Santa Cruz, por la fama de su convento de religiosas,
aunque ya había muerto su creadora y primera priora Sor
María de Santo Domingo, es conocida ya en todas partes
como "Aldeanueva.de las Monjas". De cualquier manera queríamos
confirmar con otra nueva fuente la presencia de la expedición de
estos dos hermanos de Aldeanueva. Afortunadamente lo conseguimos e incluso
pudimos obtener más amplitud de información. Se trata de
la obra de Peter Boyd-Bowman "Índice geobiográfico
de cuarenta mil pobladores españoles de América en el siglo
XVI", en ella aparecen los 2 hermanos:
Ávila, Aldea Nueva de las Monjas o de Santa Cruz:
283. Sánchez, Francisco, hijo de vecinos, con
su hermano Juan Sánchez a el Plata en 1535. Padres Alonso Sánchez
y Catalina Sánchez.
284. Sánchez, Juan, hijo de vecinos, con su hermano
Francisco Sánchez, a el Plata en 1535. Padres Alonso Sánchez
y Catalina Sánchez.
Bibliografía: Historia de Aldeanueva de Santa Cruz y Vida y Obra de la
Beata Sor Maríaa de Santo Domingo.
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Justo Jiménez
“El Cojo”, caballero de la libertad (1902-2008)
Justo nació el 14 de julio de 1902 en Aldeanueva de Santa Cruz
(Ávila). Con 20 años, viniendo de trabajar en Francia, fue
ingresado en San Sebastián y sufrió la amputación
de una pierna. Vino entonces a vivir con sus padres a Baños de
Montemayor (Cáceres), donde se estableció como sastre, contrajo
matrimonio y emprendió su larga trayectoria de lucha política.
Así, durante la II República, ocupó los cargos de
secretario municipal de Jarilla y, desde las filas del Partido Comunista,
concejal y alcalde de Baños.
Detenido al inicio de la Guerra Civil, cumplió 6 años de
cárcel en el Puerto de Santa María. De regreso a Baños
de Montemayor, comenzó a colaborar como enlace y correo con la
guerrilla antifranquista (maquis), en la XII División de la Agrupación
Guerrillera Extremadura-Centro que comandaba Pedro José Marquino
Monje, apodado "El Francés", y que en esta zona operaba
con una partida que lideraba Gerardo Antón Garrido, apodado "Pinto".
Justo fue entonces delatado por vecinos de derechas del pueblo, detenido
en febrero de 1947 y juzgado militarmente en Madrid. Condenado a 15 años
de prisión por "pertenencia en la clandestinidad al Partido
Comunista", pasó por las cárceles de Plasencia, Carabanchel,
Yeserías, Burgos y El Dueso. Fue puesto en libertad en 1956 (cumplió
en total 14 años y 2 meses de prisión desde 1936) y desde
entonces fijó su residencia en Béjar, donde ejerció
su oficio de sastre hasta la jubilación. No quiso, en todos estos
años, ni participar en la vida política bejarana, ni regresar
a Baños de Montemayor.
A los 90 años y gozando de unas excelentes condiciones físicas
e intelectuales, comenzó a redactar sus memorias, tarea que alternó
con la escritura de otros textos sobre el discurrir de la Transición
y la democracia en España. Todas estas obras permanecen aún,
esperemos que no por mucho tiempo, inéditas.
Desde el plano más personal, y todavía conmocionado por
la pérdida de un amigo y compañero tan querido, no puedo
sino reiterar el enorme orgullo que para mí ha supuesto haber conocido
a Justo, charlar con él sobre las cosas de la política y
de la vida... Compartir, en suma, un puñado de valiosos momentos
con un hombre tan digno, tan íntegro, de ideas tan profundas y
de principios tan rectos...
En el transcurso de estas conversaciones, tuve la oportunidad de recabar
su valiosísimo testimonio para mi libro Represión, silencio
y olvido. Memoria histórica de Hervás y el Alto Ambroz (Asamblea
de Extremadura, 2007).
¿Qué decir ahora, para conmemorar una vida tan extensa,
tan noble y rectamente vivida, tan repleta de entrega y compromiso, tan
cargada, a la vez, de padecimiento y de esperanza? Hombres y mujeres como
Justo, que lucharon por la democracia, que nos devolvieron la libertad,
que se emplearon tan a fondo en la causa de la justicia, no pueden ser
olvidados. Ellos pusieron los cimientos de todas las libertades que hoy
disfrutamos. Y ellos fueron ayer, son hoy y serán mañana
un ejemplo para la comunidad. Su memoria no será nunca simple nostalgia,
sino viva enseñanza. A tus hijos, Pedro, Mari y Carmen, y a todos
tus familiares, les quiero hacer llegar un fuerte abrazo. Y a tí,
querido amigo, ¿qué me queda por decirte, todavía,
desde este lado? Que te recordaré siempre, sobrio, reflexivo, sereno,
afable, entrañable, riguroso y recio, como has sido siempre y como
he tenido la suerte de conocerte. Que ni tus ideales ni tu lucha serán
nunca olvidados ni abandonados. Que no dejas cenizas, sino surco y simiente
de ese mundo mejor por el que luchaste, y por el que, con tu ejemplo siempre
vivo en la memoria, seguiremos luchando.
En memoria de Justo Jiménez González "El Cojo",
comunista y guerrillero, que falleció en Béjar el 10/11/2008,
a los 106 años de edad.
Descansa en paz, viejo guerrillero, hombre honrado, ciudadano ejemplar
de la República de la Libertad.
Francisco Moriche Mateos, Hervás, Cáceres, 14 de noviembre
del 2008.
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